Desde los albores de los tiempos ha sido una preocupación y una ambición de la raza humana: predecir acontecimientos futuros.
Los medios utilizados para ello han sido escogidos de un amplio espectro: bolas de cristal, cartas, piedras, runas, posos de café, barbilla, lectura de la palma de la mano y muchos, muchos otros en el vasto mundo y la multiplicidad de tradiciones.
Sin embargo, la Inteligencia Artificial, con su capacidad de producir miles de millones de cálculos en un instante, parece haber encontrado la herramienta adecuada para alcanzar el objetivo deseado: precisamente, el cálculo.
Las regularidades estadísticas son un componente fundamental de los modelos de inteligencia artificial más avanzados y permean nuestra percepción cotidiana del mundo que nos rodea. Observamos espontáneamente patrones y tendencias que nos permiten anticipar eventos futuros: el gato se prepara para trepar, dos personas están a punto de enamorarse, alguien está a punto de pasar un semáforo en rojo; Las estadísticas, en la mayoría de los casos, nos ayudan a pensar en el camino correcto.
Recientemente, un estudio publicado en Nature Computational Science reveló el extraordinario y perturbador poder predictivo de un nuevo modelo de inteligencia artificial, capaz de predecir el futuro de las personas. El autor principal del estudio es Germans Savcisens del laboratorio de Sune Lehmann en DTU Compute, Universidad Técnica de Dinamarca, con apoyo financiero de la subvención Nation-Scale Social Networks de la Fundación Villum.
El funcionamiento de este innovador modelo se basa en técnicas de “procesamiento del lenguaje natural”: mientras que ChatGPT predice la siguiente palabra en una secuencia de texto, life2vec (el nombre de la nueva IA) es capaz de predecir el siguiente evento en una secuencia de eventos, ya que también siguen regularidades estadísticas. Life2vec analizó datos diarios sobre actividades laborales, sector profesional, salario, género, condiciones de salud y ciudad de seis millones de ciudadanos daneses seguidos durante una década, logrando incluso estimar la edad a la que podría producirse el fallecimiento.
Esta nueva IA aprende simultáneamente de la información sobre quién ha sufrido un ataque cardíaco, quién ha recibido un aumento y quién se ha mudado al campo, conectando así las ciencias sociales y de la salud. No es sorprendente que los trabajos poco gratificantes y la mala salud estén relacionados con los problemas mentales; Las compañías de seguros lo saben desde hace mucho tiempo.
Lo sorprendente es la alta precisión con la que life2vec es capaz de predecir trayectorias de vida individuales e incluso identificar matices de personalidad a través de cuestionarios sobre autoestima social y vivacidad.
Este estudio destaca por su capacidad de sistematizar la investigación sobre factores socioeconómicos y de salud que preceden a eventos negativos como patologías específicas o desempleo, permitiendo simular si modificando algunas variables como la ciudad de residencia o los ingresos es posible evitar tales desenlaces desfavorables.
¿Funcionará?
Lucio Battisti cantó “Sólo lo sabremos viviendo”, pero una cosa es segura: life2vec aprenderá más de cada error.
Mientras realmente funcione.





